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Preguntas frecuentes de los jóvenes acerca de la vocación

¿CÓMO SABER SI TENGO VOCACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA DENTRO DE ALGUNA CONGREGACIÓN?

Dios sale al encuentro de cada persona de una manera distinta.

—Algunas personas esperan un signo externo que les asegure que Dios les llama. Nosotros no podemos esperar esto. Eso sería una ingenua tendencia a lo fantástico, cuando lo habitual es que Dios nos hable a través del silencio interior, cuando hay un clima de suficiente recogimiento y facilitamos el encuentro con Él en la oración. Las respuestas irán apareciendo en nuestro corazón en la medida de nuestra disposición a escucharlas.

—Pero al final, la pregunta clave, y difícil de contestar, es: ¿tengo vocación o no?. Esa no es la pregunta más acertada. —La pregunta decisiva es: ¿cuál es la vocación que yo tengo?

Todos son llamados a vivir en santidad, ya sea en la vida religiosa misionera, matrimonial o soltería. No se trata de ver qué es lo mejor, o lo más difícil, sino lo que Él quiere de mí. Para ti, lo mejor es lo que Dios quiera de ti. Y para mí, lo que Él quiera de mí.

—Entonces, ¿cuáles son los síntomas para saber si es una u otra nuestra vocación?

Hay que pedir luz a Dios, hacer oración, rogarle que nos haga ver con más claridad qué quiere de nosotros. Normalmente no lo hará por medios excepcionales, sino que nos deja una cierta penumbra, quizá para no forzar nuestra libertad, para dejarnos más iniciativa personal.

—¿Y cómo se puede tener certeza de una vocación?
Certeza absoluta no siempre se tiene. Pero se confirma y se alcanzan grados altos de seguridad después de un tiempo de haber respondido que sí a lo que pensamos que era nuestro camino y lo comprobamos cuando ese camino llena nuestra alma y nuestra existencia.
Por eso, en todas las instituciones de la Iglesia hay un tiempo de prueba, en el que cada candidato confirma o descarta la vocación.

—¿Y cómo ver eso que se dice de que lo más grande que puede pasarle en la vida a una persona es entregarse por completo a Dios?
La vida es estupenda, pero es tan solo un preámbulo de la vida eterna. Por eso vale la pena seguir un camino que nos lleve más directamente a la meta. Seguir a Jesús vale siempre la pena. Pero, en todo caso, lo mejor para nosotros es lo que Dios haya pensado para nosotros .

—¿Y el hecho de tener ilusión por casarse y formar una familia es motivo para pensar que no estamos llamados a la vida consagrada? Tener ilusión por casarse y formar una familia es una ilusión normal. Si la vocación fuera sobre todo cuestión de gusto, todo el mundo tendría vocación al matrimonio, y quizá medio mundo tendría vocación a no trabajar, o a ser un vividor. Me parece que la clave no está en lo que a uno más le apetece, pues hay muchas cosas que hacemos cada día que no nos apetecen demasiado pero que, sin embargo, sabemos que debemos hacer, y las hacemos, nos producen una satisfacción, nos hacen felices (plenos) y al mismo tiempo nos hacen cumplir la voluntad de Dios.

Fuente: www.mscperu.org/vocacion/2vocgeneral/signosvocac.htm

Si deseas darte la oportunidad de saber si tu vocación es ser misionero, puedes comunicarte al Seminario de los Misioneros Xaveriano al teléfono: (427) 272 11 09 o visítanos en Blvd. Hidalgo No. 156. Centro. San Juan del Río, Qro.
CCU